Las aventuras de TOMY

Tomy era un niño muy estudioso. Llegaba del colegio, hacía sus tareas, le ayudaba a su mama en las cosas de la casa (por ejemplo, le ayudaba a encerar). Se acostaba casi a las nueve de la noche. Ese día, se acostó y se durmió. Cuando fue la mañana siguiente, Tomy se levantó y se fue a duchar. La mamá le pregunta si quiere tomar desayuno, el respondió:
-No, mamá. Gracias, no tengo hambre.

Después de tomar una ducha fría, se vistió para ir al colegio. Se despidió de la mamá y se fue. Casi siempre Tomy volvía a la casa a las dos de la tarde. Cuando eran las tres todavía no llegaba. Pasaban las horas. Ya eran las nueve y no llegaba. La mamá llamó a los carabineros. Lo buscaron y no lo encontraron. El niño llegó a las una de la mañana, hecho todo un hardcore. La mamá le dijo:
-Que te pasó, hijo?.

El respondió con puras groserías. La mamá, muy triste, subió a su cuarto y se acostó. Al otro día, todo parecía normal. La mamá preguntó que pasó aquí y el niño le dijo, nada mamá. El niño se fue a dar una ducha de agua fría. Tomó desayuno y se fue al colegio.

En la escuela Tomy se había empezado a juntar con algunos compañeros malas juntas. Sus verdaderos amigos estaban preocupados por él, lo veían mal. Le aconsejaron cambiar.
Tomy le pidió disculpas a Dios y a su mamá, por decirles groserías. Le dijo a la mamá que iba a cambiar mucho porque desde ahora iba a ser un niño muy educado. Prometió salir solo los días sábado y avisarle a la mamá si iba llegar tarde. Ambos fueron muy felices para siempre...

Con todo mi corazón para mi escuela linda
Constanza Garay, 7º
Escuela Poetas de Chile